¡Regresa un icono! Con el ID. Buzz (1) y el ID. Buzz Cargo (1), Volkswagen traslada el ADN del T1 al presente y al futuro. Al igual que el primer modelo de 1950, los tienen un diseño limpio y funcional, a la vez que evocan grandes emociones. Pero ¿cómo se ha conseguido todo esto? Los diseñadores de Volkswagen proporcionan información exclusiva sobre su trabajo.
«El T1 fue un icono de los años 50», afirma Josef Kabaň, director de Diseño de Volkswagen. «Con el ID.Buzz, llevamos su ADN a la era de la electromovilidad. Trasladamos los genes y los elementos de diseño del icono a la era digital. El ID. Buzz es atemporal, sostenible y a la vez extremadamente funcional, lo que lo hace único. Despierta mucha simpatía y genera un sentimiento de compañerismo en la carretera».
Con el ID. Buzz, Volkswagen se adentra en un nuevo segmento de mercado, y, al hacerlo, acelera el ritmo de su ofensiva eléctrica en todas las clases de vehículos como parte de su estrategia ACELERATE. Para 2030, se espera que al menos el 70% de las ventas de Volkswagen en Europa sean de coches totalmente eléctricos. Esto equivale a más de un millón de vehículos. En América del Norte y China, se espera que la cuota de coches eléctricos sea de al menos un 50%.
Carácter limpio. Con sus líneas únicas, el ID. Buzz y el ID. Buzz Cargo, es decir, el monovolumen y el modelo Transporter, siguen el ejemplo de su antecesor. «Un icono tiene mucho que ver con la sencillez», señala Marco Antonio Pavone, responsable de Diseño Exterior de Volkswagen. «Cualquier niño puede dibujar un coche como el T1 con unas pocas líneas. Y cuando veo el ID. Buzz, puedo afirmar: “Vaya, aquí también lo hemos hecho a la perfección”», añade Roland Faller, director de Diseño Exterior de Volkswagen Vehículos Comerciales, añadiendo: «El ID. Buzz Cargo no es solo un práctico Transporter, sino que también supone una notable innovación con su expresivo diseño y su alto grado de funcionalidad».
Forma de V y gran logotipo de VW. El frontal de los vehículos refleja hasta qué punto los nuevos ID. Buzz están retomando el ADN de diseño del antiguo modelo. Con esta alusión, conseguirán arrancar una sonrisa a la gente. El capó en forma de V y el logotipo de VW, grande y prominente, confieren un aspecto carismático al frontal, mientras que una franja luminosa une los faros. El lateral y la parte trasera prolongan la separación del diseño en una zona superior y otra inferior. Este aspecto resulta especialmente llamativo con la pintura bicolor opcional, que también recuerda al histórico T1.
Proporciones armoniosas y muy buena aerodinámica. Las proporciones pragmáticas de la carrocería de este vehículo cero emisiones son cautivadoras. Las grandes ruedas se sitúan en los extremos para poder aprovechar al máximo el espacio del diseño compacto. El valor cw, especialmente importante para garantizar la eficiencia de un coche eléctrico, es de solo 0,285 en el ID.Buzz, mientras que en el clásico T1 era de 0,44.
Llantas de dos piezas. Las llantas también adquieren una importancia considerable. Tienen un lenguaje de diseño propio y convincente y, al mismo tiempo, son elementos importantes para la eficiencia y la autonomía del vehículo. «En realidad, para un coche eléctrico las ruedas son un factor muy importante», explica Ranbir Kalha, el diseñador que se encarga de las llantas y las ruedas. «Tienen que cumplir muchas exigencias técnicas. Naturalmente, la cuestión principal es la aerodinámica, seguida por el peso del vehículo. Especialmente para el ID. Buzz se han diseñado unas llantas que parecen estar formadas por una sola pieza. Sin embargo, el modelo cuenta en realidad con unas ruedas híbridas, que están formadas por dos piezas y son, por consiguiente, muy ligeras. Es la primera vez que se usa este tipo de rueda para el ID. Buzz», continúa Kalha, y añade: «Además, las nuevas llantas, por supuesto, realzan el carácter individual del ID. Buzz, que va de funcional a deportivo, además de elegante, según el gusto de cada uno».
La mayor distancia entre ejes de la MEB. La furgoneta de 1950 – cuya denominación exacta es T1 tipo 2 – contaba con una carrocería autoportante desarrollada especialmente para él, una longitud de 4,28 metros y una distancia entre ejes de 2,40 metros. El ID. Buzz y el ID. Buzz Cargo miden unos 40 cm más. Se basan en la versátil plataforma modular de propulsión eléctrica (MEB) de Volkswagen. Su distancia entre ejes de 2,99 metros es la más larga de los vehículos basados en la plataforma MEB. El diseñador de Exterior Einar Castillo Aranda señala que «la plataforma, con sus componentes de propulsión compactos, nos ha permitido situar las ruedas delanteras en una posición avanzada y colocar al conductor en la parte delantera y relativamente alta del coche. El resultado es una silueta monolítica con un capó armoniosamente integrado».
Intenso debate. Aunque el ID. Buzz no tiene un motor de combustión, que suele ocupar mucho espacio en los modelos convencionales, su parte delantera dispone de mucha tecnología, desde el sistema de calefacción y aire acondicionado hasta el refuerzo de freno eléctrico. Todo esto condujo a un interesante debate. «El espacio para instalar el faro es muy reducido. Lo debatimos deliberadamente con nuestros homólogos del departamento de Desarrollo para poder mantener el volumen de la carrocería cerca de las ruedas. También en este caso, el objetivo principal era mantener la silueta monolítica», explica Aranda.

«El T1 fue un icono de los años 50», afirma Josef Kabaň, director de Diseño de Volkswagen. «Con el ID.Buzz, llevamos su ADN a la era de la electromovilidad. Trasladamos los genes y los elementos de diseño del icono a la era digital. El ID. Buzz es atemporal, sostenible y a la vez extremadamente funcional, lo que lo hace único. Despierta mucha simpatía y genera un sentimiento de compañerismo en la carretera».
Con el ID. Buzz, Volkswagen se adentra en un nuevo segmento de mercado, y, al hacerlo, acelera el ritmo de su ofensiva eléctrica en todas las clases de vehículos como parte de su estrategia ACELERATE. Para 2030, se espera que al menos el 70% de las ventas de Volkswagen en Europa sean de coches totalmente eléctricos. Esto equivale a más de un millón de vehículos. En América del Norte y China, se espera que la cuota de coches eléctricos sea de al menos un 50%.
Carácter limpio. Con sus líneas únicas, el ID. Buzz y el ID. Buzz Cargo, es decir, el monovolumen y el modelo Transporter, siguen el ejemplo de su antecesor. «Un icono tiene mucho que ver con la sencillez», señala Marco Antonio Pavone, responsable de Diseño Exterior de Volkswagen. «Cualquier niño puede dibujar un coche como el T1 con unas pocas líneas. Y cuando veo el ID. Buzz, puedo afirmar: “Vaya, aquí también lo hemos hecho a la perfección”», añade Roland Faller, director de Diseño Exterior de Volkswagen Vehículos Comerciales, añadiendo: «El ID. Buzz Cargo no es solo un práctico Transporter, sino que también supone una notable innovación con su expresivo diseño y su alto grado de funcionalidad».
Forma de V y gran logotipo de VW. El frontal de los vehículos refleja hasta qué punto los nuevos ID. Buzz están retomando el ADN de diseño del antiguo modelo. Con esta alusión, conseguirán arrancar una sonrisa a la gente. El capó en forma de V y el logotipo de VW, grande y prominente, confieren un aspecto carismático al frontal, mientras que una franja luminosa une los faros. El lateral y la parte trasera prolongan la separación del diseño en una zona superior y otra inferior. Este aspecto resulta especialmente llamativo con la pintura bicolor opcional, que también recuerda al histórico T1.
Proporciones armoniosas y muy buena aerodinámica. Las proporciones pragmáticas de la carrocería de este vehículo cero emisiones son cautivadoras. Las grandes ruedas se sitúan en los extremos para poder aprovechar al máximo el espacio del diseño compacto. El valor cw, especialmente importante para garantizar la eficiencia de un coche eléctrico, es de solo 0,285 en el ID.Buzz, mientras que en el clásico T1 era de 0,44.
Llantas de dos piezas. Las llantas también adquieren una importancia considerable. Tienen un lenguaje de diseño propio y convincente y, al mismo tiempo, son elementos importantes para la eficiencia y la autonomía del vehículo. «En realidad, para un coche eléctrico las ruedas son un factor muy importante», explica Ranbir Kalha, el diseñador que se encarga de las llantas y las ruedas. «Tienen que cumplir muchas exigencias técnicas. Naturalmente, la cuestión principal es la aerodinámica, seguida por el peso del vehículo. Especialmente para el ID. Buzz se han diseñado unas llantas que parecen estar formadas por una sola pieza. Sin embargo, el modelo cuenta en realidad con unas ruedas híbridas, que están formadas por dos piezas y son, por consiguiente, muy ligeras. Es la primera vez que se usa este tipo de rueda para el ID. Buzz», continúa Kalha, y añade: «Además, las nuevas llantas, por supuesto, realzan el carácter individual del ID. Buzz, que va de funcional a deportivo, además de elegante, según el gusto de cada uno».
La mayor distancia entre ejes de la MEB. La furgoneta de 1950 – cuya denominación exacta es T1 tipo 2 – contaba con una carrocería autoportante desarrollada especialmente para él, una longitud de 4,28 metros y una distancia entre ejes de 2,40 metros. El ID. Buzz y el ID. Buzz Cargo miden unos 40 cm más. Se basan en la versátil plataforma modular de propulsión eléctrica (MEB) de Volkswagen. Su distancia entre ejes de 2,99 metros es la más larga de los vehículos basados en la plataforma MEB. El diseñador de Exterior Einar Castillo Aranda señala que «la plataforma, con sus componentes de propulsión compactos, nos ha permitido situar las ruedas delanteras en una posición avanzada y colocar al conductor en la parte delantera y relativamente alta del coche. El resultado es una silueta monolítica con un capó armoniosamente integrado».
Intenso debate. Aunque el ID. Buzz no tiene un motor de combustión, que suele ocupar mucho espacio en los modelos convencionales, su parte delantera dispone de mucha tecnología, desde el sistema de calefacción y aire acondicionado hasta el refuerzo de freno eléctrico. Todo esto condujo a un interesante debate. «El espacio para instalar el faro es muy reducido. Lo debatimos deliberadamente con nuestros homólogos del departamento de Desarrollo para poder mantener el volumen de la carrocería cerca de las ruedas. También en este caso, el objetivo principal era mantener la silueta monolítica», explica Aranda.


