Prueba Volkswagen Tiguan 2.0 TDI 150 CV DSG 4MOTION, savia nueva

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Tiguanero Activo
En marcha
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Toca ponerse en marcha con el Volkswagen Tiguan y lo hacemos desde su elevado puesto de conducción desde el que controlamos la carretera. El 2.0 TDI tiene un arranque bastante suave para lo que acostumbran este tipo de mecánicas y apenas se filtran ruidos ni vibraciones al habitáculo. Se ha hecho un buen trabajo de insonorización porque ni siquiera cuando empezamos a rodar con él notamos demasiado los ruidos aerodinámicos, a pesar del tamaño de su carrocería.

El 2.0 TDI de 150 CV y 340 Nm de par presenta las mismas características que en otros modelos. Destaca por una entrega de potencia lineal y aprovechable, así como un buen empuje desde abajo. Lo cierto es que podíamos llegar a pensar que esta mecánica sería insuficiente para mover sus más de 1.600 kg de peso, pero nada de eso. El Tiguan se mueve con soltura y aunque no entregue una potencia notable, será suficiente para la mayoría de situaciones cotidianas.

El tacto del DSG de este modelo nos gusta. Las transiciones entre marchas son bastante suaves y los modos de conducción nos ayudan a ganar precisión en función del uso que vayamos a darle. Si queremos una conducción tranquila y ahorradora basta con poner el modo ECO para que los cambios se hagan sin apurar y además el cambio se desacopla cuando no aceleramos y entra el ‘modo vela’. Si queremos sacar todo el rendimiento tendremos el modo Sport, que apura las marchas y ofrece un tacto algo más duro.

Con los modos de conducción también se modifican otros parámetros como la dirección, la respuesta del acelerador o la suspensión. De la dirección tenemos que decir que tiene un tacto demasiado asistido y artificial incluso en modo Sport. La suspensión nos ha gustado más debido a su correcta puesta a punto. Busca el confort pero sin sacrificar su dinámica y por lo tanto encontraremos un equilibrio muy válido para la mayoría de situaciones.

Conclusiones
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La segunda generación del Volkswagen Tiguan es un modelo totalmente nuevo que quiere triunfar entre los SUV. En el exterior consigue robar algunas miradas gracias a un aspecto robusto y con mayor personalidad que su antecesor. También es más grande, con lo que conseguiremos una mayor habitabilidad y espacio para su habitáculo. Además nos encontramos con un interior de calidad y provisto de las últimas tecnologías de la marca.

Lo hemos conducido con el motor 2.0 TDI 150 CV DSG 4MOTION. Es una opción equilibrada y no echaremos en falta potencia de más. El cambio automático es suave e incita al confort y la tracción total nos dará un vehículo más aprovechable en todo tipo de situaciones. Los consumos durante la semana de prueba rondaron los 7 l/100km haciendo una conducción muy variada, cifras que no destacan en un modelo de sus características.

Prueba Volkswagen Tiguan 2.0 TDI 150 CV DSG 4MOTION, savia nueva
 
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