Por si te sirve como agravio comparativo, te traslado mis impresiones durante el proceso de selección y compra de mi nuevo vehículo: Mido 1'90, y mi mayor preocupación fue que detrás de mi cupiese holgadamente otra persona como yo. Con este gesto quería poner fin a las estrecheces (y quejas) a las que durante 13 años he sometido a todo aquel subia como pasajero en mi Golf V TDI 140 CV (2004). Las otras premisas atendían a la tipología del vehículo (SUV), tanto por la facilidad de acceso (la agilidad de uno ya no es la que era) como por atender posibilidades de ocio hasta ahora vedadas, buscando al tiempo no perder muchas sensaciones de las que me brindaba mi anterior compacto (difícil compromiso, lo se). Lo antedicho, y la habilidad del vendedor que todo hay que decirlo, me plantaron delante de un flamante Tiguan Sport TDI 4 motion 190 CV con paquete RLine exterior. Si ya se, este último opcional limita algo (bastante) las posilibidades "off-road" que pretendía, pero es tan bonito... Además, era el que había. Este o hasta abril'18. Así que..
Los candidatos que acabé descartando durante el proceso de elección y ciñéndonos al espacio interior, fueron:
- Ateca y Karoq (en preventa). En ambos, una vez ajustado el asiento del conductor y sentado detrás de este, mis rodillas casi rozaban el respaldo del asiento. El Ateca es, de toda la recua que probé en 15 días, el que tiene el tacto más parecido a un turismo, pero sus acabados desmerecen. Cosa extraña ya que sale de la misma planta que el Karoq. Por su parte, este último ofrece un tacto más burgués y tiene en opción una banqueta corredera con más posibilidades que la del Tiguan (al menos la versión 2018), permitiendo eliminar el asiento central para que las dos butacas externas ganen amplitud. El Karoq, créeme, fue un más que digno rival en sensaciones y calidad de acabados (tiembla Ateca). No obstante, su gama de motores es interesante (1.5 150 CV), pero no llega al nivel del Tiguan (190 y 240 TDI), al menos de momento, y su precio a igualdad de equipo y motor a falta de ofertas se acerca mucho, muchísimo, al Tiguan. Los tres modelos comparten plataforma, pero la distancia entre ejes de los dos primeros es menor, lo que se traduce en una menor habitabilidad trasera longitudinal, además de que tres pasajeros detrás solo irán cómodos si no son demasiado corpulentos. Este último detalle es extrapolable al Tiguan.
- Honda CR-V. Ajustado el asiento, similar amplitud en distancia para las rodillas pero claramente mayor anchura para acomodar tres pasajeros. Descartado por lo gastado de su imagen, el ruidosísimo motor diesel y su mala aerodinámica. Ahora entiendo el abandono de las mecánicas diesel por Honda para el sustituto en ciernes. Por Dios, hagan algo con el ruido de los retrovisores.
- Toyota RAV4 Hybrid. Mayor amplitud en todas las cotas (mucho espacio para las rodillas), salvo anchura trasera que andan a la par. Descartado por: ausencia de aireadores en las plazas traseras, más allá de las salidas bajo los asientos (no os riáis, cada uno tiene sus manías); sensaciones de conducción motivadas su cambio de variador continuo; lo "tragón" de su motor cuando no funciona el sistema híbrido y por el dudoso honor de hacer parecer alegre el salpicadero de un Tiguan. Debe ser que reservan las botoneras, los mandos iluminados y los guarnecidos "guays" para la marca hermana: Lexus. Será el futuro, pero desde luego para mi no es el presente.
- Mazda CX-5. Uff, la versión Zenith white 2.2 D 175 CV le puso las cosas muy difíciles a mi elección final. A un nivel de acabados y de materiales lindando con las marcas premium, al menos en apariencia, se une un motor con muchos bajos (2.2 D 175 CV) y un comportamiento muy equilibrado. Su aerodinámica y el material insonorizante o fonoabsorbente hacen que se escuche menos que el Tiguan a igualdad de vía y velocidad. Esta versión citada monta mejor equipo de sonido (bose) y de ayudas a la conducción de serie que el Tiguan Sport sin opcionales. Presenta una anchura similar en las plazas delanteras y un salpicadero más envolvente de tacto agradable y orientado hacia el piloto. Detrás presenta similar anchura al modelo alemán pero, sorprendentemente atendidas las dimensiones exteriores (unos 5 cms más largo), ofrece menos espacio para las rodillas y una plaza central infumable. El respaldo de la banqueta trasera se puede reclinar igual que en el Tiguan, pero no desplazar. Esta falta de modularidad, el dato del menor espacio para las rodillas y un sistema de infoentretenimiento bien situado, pero menos evolucionado en conectividad y tamaño, me hicieron descartarlo.
Y hasta aquí. Montado felizmente desde hace un par de semanas en el "bicho", entre los detalles que me han sorprendido negativamente destacaría que si eliges montar rueda de repuesto (de emergencia) en vez del kit antipinchazos, algo que parece lógico en un vehículo que alguna vez pisará algún camino o pista forestal, el volumen del maletero menguará considerablemente, diluyéndose casi toda la ventaja que ofrecía de partida sobre el maletero de mi entrañable Golf (ay, dónde andará el pobre, con la Navidad casi encima...)
Todo lo dicho no son más que opiniones subjetivas y está claro que ninguno de los citados llega al nivel de prestaciones del Tiguan 240 CV. Si finalmente lo compras, no te arrepentirás, es un coche genial. Si no fuera por algún que otro detalle impropio para su nivel de precio (ciertas terminaciones en lugares recónditos) se comería con patatas al Q3 y buena parte de los Q5 (nuevamente es solo mi opinión). Saludos.